Eligiendo las mejores acciones en un mundo complejo

Todos enfrentamos decisiones. En la producción y el abastecimiento responsable de materias primas agrícolas, esas decisiones afectan la vida de las personas, el clima global y el futuro de la naturaleza, tanto positiva como negativamente. Entonces, ¿cómo podemos decidir qué acción impulsará mejor el cambio positivo y ayudará a lograr resultados sostenibles? 

Como una organización con propósito, buscamos asesorar a empresas, trabajar con socios y colaborar con gobiernos de manera que generen un impacto tangible. A lo largo de los 25 años desde la fundación de Proforest, hemos reflexionado sobre nuestro enfoque en diferentes contextos, con impactos y concesiones variadas. Esto nos ha llevado a sintetizar tres principios fundamentales para guiar nuestras acciones. 

Primero, hemos aprendido en estos 25 años que limpiar cadenas de suministro individuales no es suficiente. Se necesita una transformación sectorial que genere un cambio estructural en la forma en que se hacen los negocios para impulsar un impacto real en las personas y los lugares donde trabajamos. Por eso, nuestro primer principio es que la acción debe contribuir a la transformación del sector, promoviendo un modelo de negocio sostenible. Esta es la única solución a largo plazo. 

El cambio a gran escala es complejo e imperfecto. Crear islas de excelencia a través de proyectos individuales o cadenas de suministro segregadas desempeña un papel importante al mostrar lo que es posible y generar ambición. Sin embargo, igualmente importantes son los pequeños pasos incrementales que demuestran un impacto inicial y elevan el nivel para todos. Esto no solo aumenta el compromiso al proporcionar a los productores primeros pasos que se sienten alcanzables, sino que también reduce la brecha para llegar a las mejores prácticas, haciendo que el progreso continuo sea viable para más productores y, por lo tanto, generando un cambio a gran escala. 

En la práctica, esto a menudo significa hacer concesiones, apoyar y reconocer pequeños pasos, incluso cuando sabemos que queda mucho por hacer.