22 octubre 2024
La importancia de la colaboración para escalar y mantener el impacto sobre el territorio
Ninguna empresa, gobierno, ONG u organización puede abordar por sí sola los complejos desafíos relacionados con la producción y el abastecimiento responsable de productos agrícolas y forestales. Abordar problemas ambientales profundamente arraigados, así como los riesgos para los derechos humanos y los crecientes impactos del cambio climático, requiere la colaboración de múltiples actores, frecuentemente de diferentes países, que deben equilibrar diversas prioridades.
Facilitar el compromiso entre diferentes actores que normalmente no participan en un diálogo sustantivo entre sí, a menudo se reduce a ayudarlos a encontrar un territorio y áreas de interés mutuo en contextos complejos. La colaboración posibilita acciones conjuntas que amplifican el impacto y brinda a todos los involucrados un sentido de pertenencia a algo más grande que ellos mismos, lo cual es fundamental para asegurar la sostenibilidad de los programas a largo plazo.
A través de nuestra labor en los paisajes de producción agrícola, Proforest ha facilitado una variedad de procesos colaborativos. Si bien el enfoque específico de la colaboración debe adaptarse al contexto local y a los actores involucrados, los principios fundamentales permanecen inalterables.
En primer lugar, es fundamental aprovechar el trabajo existente. Ya sea colaborando con empresas en México o con departamentos gubernamentales en Côte d’Ivoire, es importante evaluar inicialmente lo que ya está ocurriendo, identificar a los actores clave y reconocer sus prioridades. Solo entonces se podrá desarrollar una estrategia para unir a todos en la búsqueda de objetivos comunes. Cuando comenzamos nuestro trabajo en paisajes en Perú, financiado por la International Climate Initiative, dedicamos seis meses a evaluar lo que ya estaba en marcha, las estructuras de gobernanza existentes y cómo nuestra labor podría aportar un valor añadido a lo que ya existía, con una gobernanza confiable y efectiva. Identificamos un paisaje en la Amazonía peruana que contaba con la mayoría de los elementos de un programa de paisaje cohesivo, donde había una alineación entre los sectores público y privado en apoyo a ese programa, tanto a nivel nacional como regional. Al basarnos en acciones existentes, sabíamos que podríamos generar sinergias y acelerar el cambio positivo a través de nuestra acción concertada con socios y autoridades.
En segundo lugar, la colaboración es un proceso dinámico en constante evolución. Debemos estar preparados para adaptarnos rápidamente, ya que los desafíos de la colaboración incluyen alinear a diferentes actores con prioridades, agendas y cronogramas diversos, además de gestionar los cambios en el gobierno, las empresas y las políticas a largo plazo. En África y América Latina, hemos tenido que adoptar un enfoque de gestión adaptativa tras cada ciclo electoral y cambio en la estrategia empresarial, para mantener unidos a los grupos de múltiples partes interesadas en torno a una visión común y en evolución. Es esencial reactivar constantemente el compromiso, actualizar los indicadores clave de rendimiento (KPI) y conservar la memoria institucional sobre los objetivos de cada programa, incluso cuando los participantes cambien.
En tercer lugar, todas las relaciones a lo largo del proceso de colaboración son igualmente críticas. Es fundamental interactuar directamente con los beneficiarios locales, como los agricultores, construyendo confianza a través de un diálogo genuino, comprensión y trabajo en el terreno. Este es un objetivo que perseguimos continuamente en nuestro Programa Holístico en México, donde nuestro equipo ha colaborado con habitantes de ejidos (comunidades agrarias), comunidades y técnicos de molinos. Hemos establecido relaciones sólidas dentro de las cadenas de suministro, lo que nos permite abordar cuestiones a nivel sectorial de manera conjunta y efectiva.
La colaboración y el trabajo más allá de las cadenas de suministro individuales para abordar problemas a nivel de paisaje se volverán probablemente una parte aún más crucial de la estrategia de Proforest en el futuro, dada la urgencia que rodea cuestiones como el clima, la seguridad alimentaria, la protección de los medios de vida y otros desafíos ambientales y de derechos humanos. Las empresas son cada vez más conscientes de su responsabilidad respecto a la huella ambiental y social de los productos en sus cadenas de suministro. Sin embargo, necesitamos una acción colaborativa que trascienda las cadenas individuales para alcanzar resultados positivos y duraderos para las personas, la naturaleza y el clima. Parece que estamos llegando a un punto de inflexión en el que la colaboración se convierte en la vía esencial para responder de manera rápida y efectiva.
Las Perspectivas Proforest se basan en nuestros 25 años de experiencia práctica en el suministro y la producción responsables de productos básicos agrícolas y forestales. Este artículo forma parte de una serie elaborada por los directivos de Proforest. La serie completa está disponible aquí.
